Ahora que el desconfinamiento poco a poco empieza a ser una realidad, lo «lógico» sería estar muy contentos, empezar a aprovechar los momentos que podemos salir a la calle, andar, pasear… Pero esto no es así.
Por supuesto, hay personas que sí lo están haciendo y, bajo las medidas de prevención adecuadas, disfrutan del sol y de la buena temperatura que nos regala la primavera. Pero no es una constante. Muchos de nosotros salimos aún con miedo.
Ahora que puedo salir, ¿por qué tengo miedo?
Tras casi dos meses de confinamiento, de bombardeo de cifras de infectados y fallecidos y de temor, no es tan sencillo «volver a la normalidad». Nuestro cerebro es tremendamente plástico y se adapta muy bien a las circunstancias que le toca vivir, pero necesita su tiempo. El desconfinamiento no lo siente como algo seguro.
Nuestro cerebro lleva muchas semanas con los circuitos del miedo activados, mandando señales de que salir es peligroso. Actuando como una fobia, nos dice que hay un peligro que, paradójicamente, no podemos ver.
Esto activa uno de los miedos más primarios, que es el miedo a la muerte. Por tanto, nuestro cerebro activa las redes cerebrales que se asocian con la supervivencia. Parece lógico entonces que no nos atrevamos a salir.
¡Pero quiero salir! ¿Qué puedo hacer entonces?
Cómo todo para nuestro cerebro, esto va a ser un proceso. Debido a que la desconfinamiento no es igual para todos, pon en marcha las recomendaciones con las que te sientas más cómodo:
- Intenta ir exponiéndote poco a poco. Si estás asustado, procura salir cada día un poquito. 10 minutos, 15,… lo que puedas soportar. Poco a poco, ve saliendo cada vez un poquito más tiempo. Una exposición progresiva le dirá a tu cerebro «tranquilo, nosotros podemos».
- Respeta tus medidas de seguridad. Es posible que ahora peques «por exceso» y al llegar a casa sientas que tienes que meterte en la ducha con la ropa y todo. Pues bien, hazlo. Poco a poco irás pudiendo dejar de hacerlo.
- Habla con tus seres queridos de lo que te pasa. No estás sólo en esto, ha sido algo global. Habla sobre cómo te sientes. Verás como ponerle palabras será un alivio.
- Limita la información a la que estás expuesto. La sobreinformación es el mal de nuestro tiempo. No servirá de nada saber que ha habido un repunte o similares. No aumentará tu sensación de seguridad.
- Practica ejercicios de relajación y respiración. Antes de salir de casa, o en la misma calle, practica ejercicios de respiración diafragmática para que tu cuerpo entienda que puede estar tranquilo y la activación baje. Aquí te dejo un link con un ejercicio.
Con cariño.