En los últimos tiempos este tema está muy de moda, pero ¿qué es la procrastinación? y ¿por qué es tan común?
La procrastinación es la tendencia a dejar para otro día un tema, problema o asunto pendiente bajo la creencia de que podremos hacerle frente mejor en otro momento. Funciona por un mecanismo muy humano:
Problema pendiente (agobio) -> Lo aplazo para otro día (alivio)
Para los seres humanos es muy difícil lidiar con las emociones incómodas, como son la tristeza, la ira, la ansiedad, el agobio, la pena, la rabia,… y, por lo general, tendemos a huir de estas sensaciones. Combatimos la tristeza con exceso de actividad, la rabia con intentos infructuosos de calma… y el agobio aplazando. Pero la realidad es que las emociones incómodas son emociones igualmente y, como tal, deben ser vividas porque nos están diciendo que algo no va bien. Además, si las aplazamos o sustituimos, les damos más fuerza. En el caso de la procrastinación, funciona así:
Problema pendiente (agobio)
↓
Lo aplazo (alivio)
↓
El problema no desaparece (aumenta el agobio y el problema)
↓
Lo aplazo (alivio)
↓
El problema no desaparece (aumenta el agobio y el problema)
↓
Lo aplazo (alivio)
↓
El problema ha crecido tanto que no podemos hacernos cargo de él (agobio, tristeza, ansiedad, culpa)
La procrastinación, por tanto, es una trampa a la que nos quedamos enganchados porque produce un alivio momentáneo, pero que, a su vez, hace crecer la emoción incómoda.
Hábitos para vencer la procrastinación:
- Sé consciente de que ese alivio momentáneo sólo agrava el problema: El problema no va a desaparecer aunque lo aplaces. Hazte consciente de la magnitud de la tarea.
- Si la tarea es muy costosa (ejemplo: realizar una tesis) divídela en pequeños pasos, objetivos y realistas. Esos pasos, escríbelos en una agenda a modo de pequeñas metas y comprométete a seguirlas.
- Utiliza la Regla de los Dos Minutos. La regla de los dos minutos dice que si estás planificando una tarea que se puede hacer en menos de dos minutos no la planifiques: hazla en ese momento. De esa forma, habrá multitud de tareas que podrás eliminar de tu lista.
- Ponte una rutina. Las rutinas ayudan a colocar las tareas en una franja del día que ya está predispuesta para ellas.
- Cuida tu alimentación y tu sueño. Realizar tareas cuando estás agotado es muy difícil y la tendencia al abandono será mayor.
- Utiliza la estrategia de Seinfeld. El actor Seinfield tiene una estrategia para escribir chistes todos los días: usa un calendario en el que marca con una X todos los días que escribe chistes, y el objetivo es no romper esa cadena en el calendario. Hacer los objetivos visuales es un potente motivador.
- Establece una serie de recompensas para cuando hayas hecho la actividad. Por ejemplo, después de recoger ese armario que llevaba tanto tiempo desordenado, recompénsate haciendo fotos y enseñando el resultado a tus amigos.
- Ayúdate de herramientas. Por ejemplo, si es un trabajo que lleva tiempo atascado, usa post it de colores, subrrayadores llamativos,…
- Evita las distracciones. El móvil, la televisión, etc., son tentaciones. Apaga el teléfono, desconecta internet, apaga el televisor,… Ayudará a mejorar tu concentración.
No hay una ley que diga que empezar una actividad el lunes mejora su realización, así que ¡toca empezar hoy!