Vamos a realizar un pequeño ejercicio antes de empezar. Piensa en alguna vez en tu vida en el que alguien haya herido tus sentimientos y tú hayas reaccionado con un “no pasa nada” cuando lo que querías era gritar lo enfadado que estabas. Estoy segura que te vienen a la cabeza más de una, más de dos y más de tres situaciones así.
Ahora piensa: ¿beneficiaste a alguien con esta reacción? Quizás reaccionaste así por no ofender a otra persona o por zanjar alguna discusión. Tal vez no te hayas dado cuenta, pero de esta forma has hecho que los sentimientos de otra persona estén por encima de los tuyos.
Todos en algún momento, por razones varias, hemos preferido mordernos la lengua por una situación concreta. El problema viene cuando esto se convierte en rutina. No levantas la voz, no contradices, no hablas sobre tus sentimientos por no molestar; pero esto es más dañino de lo que piensas.
Probablemente, en este caso, lo que te ocurre es que no sabes expresarte de forma ASERTIVA. La asertividad es la habilidad para expresar nuestros sentimientos y pensamientos de forma adecuada a la situación, respetando nuestros derechos y los del otro interlocutor. Sería el punto intermedio entre la pasividad (el dejar que los demás decidan por nosotros) y la agresividad (no respetar las opiniones y los derechos de otras personas).
No podemos comunicarnos de forma asertiva en todas las situaciones que se nos plantean, por ejemplo, en multitud de ocasiones tendremos que ser pasivos ante un jefe que nos hecha la bronca. Aún así, la asertividad es la manera más efectiva de comunicarse en la mayor parte de las situaciones.
Dicho de otra manera, es el derecho a decir que no y cómo hacerlo respetar.
¿Qué son los derechos asertivos?
Los derechos asertivos son una serie de derechos que todos poseemos y que regulan los límites dentro de las relaciones humanas.
Todos tenemos derecho a negarnos a una petición (y hacerlo sin culpa), a exigir respeto (sin caer en la agresividad) o a decidir qué queremos hacer con nuestra posesiones.
Los derechos asertivos son de mucha utilidad para sentirnos a la misma altura que los demás. Es decir, merecemos el mismo respeto y dignidad que el resto. Al igual que tenemos derecho a cambiar de opinión o a cometer errores.
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