En artículos anteriores hemos hablado de asertividad y de derechos asertivos. Con estos términos hablamos de la habilidad de expresar nuestras opiniones y sentimientos respetando los derechos de nuestro interlocutor. Es el punto intermedio entre una expresión pasiva (dejar que los demás decidan por nosotros) y la expresión agresiva (no respetar las opiniones o sentimientos de los demás). En este artículo nos centraremos en cómo aplicar estas técnicas en nuestro día a día.
La asertividad se puede aprender y mejorar. Con ella, nos aseguramos de expresar lo que necesitamos o queremos de la manera más adecuada.
¿Qué son las técnicas asertivas?
Las técnicas asertivas son los procedimientos por los cuales insertamos la asertividad en nuestra forma de hablar y podemos llevar la conversación que estemos teniendo a buen puerto.
Conocer esta forma de responder nos ayuda a incluirlas dentro de nuestro repertorio conversacional. Al principio puede resultar muy artificial usarlas (y probablemente así será) pero se pueden pulir y elegir las que más vayan con nosotros.
Aquí vamos a ver las más comunes y efectivas.
Técnicas asertivas
DISCO RAYADO:
Consiste en repetir el mismo mensaje una y otra vez ante una petición, sin entrar en coacciones, manipulaciones o chantajes. Reiteramos el discurso, en una frase concreta y contundente, en la que expresamos nuestra situación o petición, sin variarla más que en lo necesario. Mantenemos durante toda la conversación un tono calmado y pausado, sin levantar la voz, ni resultar agresivo.
Ejemplo:
- ¿Vienes al cine esta tarde?
- Lo siento, esta tarde no puedo.
- No creo que tengas nada mejor que hacer. Deja lo que sea y ven.
- Lo siento, esta tarde no puedo.
- Seguro que es cualquier tontería lo que tienes que hacer.
- De verdad que lo siento, pero esta tarde no puedo.
- Para una vez que te digo que quedemos…
- Te lo agradezco de verdad, pero esta tarde no puedo.
SANDWICH:
Esta técnica consiste en dividir nuestro mensaje en 3 fases:
Mensaje positivo
El mensaje negativo o en desacuerdo
Mensaje positivo
Introduciríamos nuestro mensaje de negación entre dos mensajes positivos para suavizar la situación. Al incluir antes y después de nuestra negativa o desacuerdo unos mensajes positivos, es más probable que nuestro interlocutor esté dispuesto a aceptar nuestra crítica o desacuerdo.
Ejemplos:
Mensaje positivo: Sé que te has esforzado mucho haciendo este trabajo…
Desacuerdo: … pero tengo que decirte que en este punto te has equivocado…
Mensaje positivo: … no obstante, muchas gracias por entregarlo a tiempo.
O
Mensaje positivo: Sé que estás muy ocupado y tienes cosas que hacer…
Desacuerdo: … pero me molesta mucho que llegues tarde tantas veces…
Mensaje positivo: … aunque siempre me pides perdón, y te lo agradezco mucho.
BANCO DE NIEBLA:
Esta herramienta estaría indicada para situaciones en las que queramos calmar una situación que se está transformando en discusión, o queremos acabar con una crítica que estamos recibiendo. Consistiría en buscar un punto de acuerdo con la otra persona, sin entrar a valorar si lo que nos dice es correcto o incorrecto.
Ejemplos:
- ¡Eres un desconsiderado! Nunca escuchas nada de lo que digo.
- Vaya, entiendo que te enfades si crees que nunca te escucho.
- Estás en la parra todo el día… no hay manera de que te enteres de nada.
- Es verdad que últimamente estoy un poco distraído.
Igual que en los ejemplos, sólo escogeríamos del mensaje la parte con la que podemos estar de acuerdo y nos ayude a empatizar con la persona que nos hace la crítica. Esto ayudaría a relajar la tensión creada por la situación y a desarmar la crítica de nuestro interlocutor.
LOS 4 PASOS:
Hay situaciones en las que nos damos cuenta de que nuestros derechos asertivos están siendo vulnerados, pero necesitamos precipitar una situación que nos permita conversar con la persona que nos está creando el problema. Está técnica nos ayuda a crear un diálogo eficaz para pedir respeto, resarcimiento o que otra persona frene la conducta que nos hace sentir mal. Consistiría en seguir estos pasos:
- Expresar cómo se entiende la situación o la conducta no deseada del otro:
- Me he dado cuenta de que, cuando hablo de trabajo, tú cambias de tema y te muestras aburrido…
- Expresar el sentimiento negativo que nos produce:
- … Cuando haces eso, me siento desplazado, porque necesito desahogarme…
- Explicar la conducta deseada:
- … Me gustaría que me escucharas o, si no fuera un buen momento para ti, me lo hicieras saber…
- Comentar las consecuencias del cambio de conducta y lo beneficioso que sería:
- … Si lo hiciéramos así, yo no te molestaría con mis problemas si estás cansado y yo no me sentiría desairado por no sentirme valorado.
APLAZAMIENTO ASERTIVO:
Existen momentos en los que, por la situación que sea, no podemos ser asertivos y acabar con el aluvión que se nos está echando encima y creemos que lo mejor es aplazar la discusión para más adelante. En ese momento, usaríamos el aplazamiento asertivo. Consiste en reconocer que el tema que se está hablando es importante, pero que no es el mejor momento para solucionarlo.
Ejemplo:
- Nunca friegas los platos y estoy muy cansado de fregarlos yo siempre, ¡no tienes ni un mínimo de consideración por mí!
- Sé que estás enfadado, pero ahora mismo creo que no es el mejor momento para hablar sobre esto. Si te parece, esta noche hablamos tranquilamente del problema y me dices qué te ha molestado.
PROCESAR EL CAMBIO:
Algunas discusiones, por su alto contenido emocional, acaban saliéndose de los márgenes del tema y comenzamos a discutir por temas periféricos que nada tienen que ver con lo que nos ocupa. Usaríamos esta técnica para “salir fuera” de la discusión y ver lo que está pasando.
Ejemplo:
- Se ha quemado la comida
- ¿Otra vez? Si es que siempre igual…
- ¿Cómo que igual? ¿Cuando ha pasado esto?
- ¡Si es que siempre estás a lo tuyo! Que no es tan difícil cocinar…
- ¡Claro que es difícil si me estás molestando todo el rato con tus tonterías!
- ¿Mis tonterías? Eres tú el que se pasa el día hablando de tonterías
- (Procesamiento del cambio) Me parece que nos estamos saliendo del tema. Se me ha quemado la comida y creo que estamos haciendo de ello un mundo. Mejor vamos a pensar qué cenamos y no nos enfademos más.
LA PREGUNTA ASERTIVA:
Nos encontramos a veces con que recibimos críticas dichas muy a vuelapluma por otras personas que, simplemente, están enfadadas con la situación, no con nosotros. Con esta técnica lo que buscamos es entender la razón de la crítica, tanto para escucharla y cambiar lo que debamos, como para dejar sin argumentos a la persona que nos la lanza sin razón. Consiste en realizar preguntas hasta llegar al fondo de la cuestión.
Ejemplo:
- ¡Por tu culpa nos podemos ir a bailar!
- ¿Qué crees que he hecho yo para que no podamos ir a bailar? ¿Podrías especificar?
Con cariño